Lo malo no son los crímenes de guerra, sino la hipocresía de la casta política en el poder (y con “j”).
Cualquier ser humano con un mínimo de desarrollo intelectual, no se escandaliza y denuncia hechos que son habituales en toda guerra. Es la estrategia de la batalla y siempre lo será, nadie debería extrañarse por ello. Se debe demostrar una digna y mínima capacidad intelectual para reconocer lo que es la guerra y sus crímenes gratis e impunes; la guerra es un acto que además, declara el estado de toda nación.
Los que toman una ciudad lo destruyen todo, matan a todo el que les apetece y violan a las mujeres delante de la infancia, luego violarán a los hijos y a los viejos; y luego los coserán a tiros a todos.
Es lo que pide todo mando de un ejército: la crueldad con los vencidos para que sepan lo que es perder y la furia del ganador.
No hay guerra sin el botín de los soldados y su desahogo. No se puede reglamentar la guerra, porque psicológicamente el soldado que se ha visto obligado a salvar su vida y luchar cada día, cuando llega el descanso siente que tiene el derecho a hacer lo que quiera.
Y así se lo confirman los mandos militares y políticos de su nación.
Son crímenes que comete cualquiera de los bandos. La guerra es el crimen gratis, y que se dejen de mierda y politiqueos con lo que no lo tiene.
¿O algún idiota podría haber pensado que hay guerras limpias y reglamentadas?
El infantilismo adulto no es algo de lo que sentirse orgulloso, porque es muy fácil que no sea infantilismo, sino auténtico retraso mental. Y ese infantilismo en un político, es puro delito de estafa porque ocupa un cargo para el que no sirve, engaña al pueblo.
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