miércoles, 20 de febrero de 2013

Violencia del cine coreano




La violencia de las películas coreanas es épica. Desmesuradamente romántica.
La sangre mana como el sudor y parece no acabar nunca, las armas de fuego  son espadas mágicas que parecen rellenarse de balas divinas salidas de algún buda bonachón.
Mola, me gusta. Y algo de fantasía no puede hacer daño, ya que las películas históricas y las que se basan en hechos reales, son decepcionantemente mediocres y previsibles. Sobre todo porque además, tiene una gran calidad comparadas con el cine de otros países como España, México, Francia y las películas de videoclub norteamericanas.
Los hay estúpidos que ven este tipo de cine como si fuera la gran puta enseñanza de su vida. Creen que la realidad es más o menos parecida, porque además de idiotas su nivel cultural es el de un marrano. Y así, cuando se ganan un balazo y se desangran dolorosa e irremisiblemente, se mueren pensando en que algo ha fallado.
En los países dados a los tiroteos, ocurre a menudo con la juventud cuyos padres son unos tarados por cosas de copular con hermanas y primas. De ahí que se maten con tanta frecuencia  e incluso se descuarticen alegremente.
Adoro la bala artística que masacra con elegancia.

Buen sexo.
Iconoclasta

martes, 5 de febrero de 2013

La tolerancia por la zoofilia




Pues resulta que hay una organización pro zoofílicos llamada Zeta (casualidad que tenga el mismo nombre que el cártel de la droga mejicano) que lidera un bibliotecario alemán que se lo pasa bomba con su perra Cissy, el tipo se apellida Kiok y es calvo (cosa que no me parece mal, lo de la calvicie).
Y ya que hay organizaciones pro-zoofilia, bien podrían montar una asociación fetichista de sexo con muñones, que sería mucho más respetuoso y menos patológico mentalmente. Una buena penetración con un brazo sin mano, es mejor que metérsela a una pobre perra.
Además, para la filmación  de películas zoofílicas, usan actores que son deficientes mentales y es más molesto verles la cara a ellos que la polla del caballo o la del cerdo.
Ya lo dice la biblia: follar con animales es abominación, aunque siempre es peor no dar suficientes ofrendas a Yaveh.
Son tiempos de mierda y la tolerancia con la zoofilia es otra de esas mierdas que hay que soportar.
Los hornos de cremación alemanes se adelantaron demasiado; en esta época hubieran sido más efectivos y tendrían mayor y mejor popularidad.
¿Y si hacen que un caballo se monte a Kiok encima de una mesa? ¿Seguirá el calvo con esa sonrisa imbécil en su jeta?
Esperad, que voy a vomitar y luego vuelvo. Josdeputa…

Buen sexo.
Iconoclasta