jueves, 24 de enero de 2013

Nipones caducos


Un ministro japonés de finanzas (Taro Aso de ¡72 tacos!) tiene prisa porque se mueran los viejos y no provoquen tanto gasto con sus enfermedades y pensiones. Ha dicho en público el muy ladino.
Por la edad que tiene, su cerebro ya está flojo y senil y es por ello que ha proclamado en público lo que todos los políticos, tiranos y reyes del planeta piensan y desean.
De cualquier forma es coherente con su cultura, ya que es muy popular que muchos japos se suiciden con cosas metidas en el culo.
Mi razón es mucho más poderosa, culta y sobre todo, viene de un cerebro sano y poderoso: antes de que se mueran rápido los viejos, habría que incinerar vivos a jueces, funcionarios y políticos que son los que más cobran de nómina y por los que hemos de pagar más impuestos por sus fraudes, estafas y malos juicios. O sea, que es mejor incinerar a dos corruptos porque cobran más que quinientos pensionistas.
Por esta razón, este ministro japo debería haberse metido la lengua en el culo y luego hacerse el harakiri.
¿De verdad hay que escuchar tanta imbecilidad? ¿No se cansan nunca los idiotas de rajar y rajar?
Qué chochos...

Buen sexo.
Iconoclasta

domingo, 6 de enero de 2013

Muertes navideñas




¿Por qué es tan triste morir en campaña navideña?
(Aclarando: es triste para muchos. Porque a mí me suda la polla morir en navidad o en el día de la fiesta nacional de Yibuti).
Todo es por culpa de la publicidad y de aquella cancioncilla: “Vuelve a casa vuelve. Por navidad”.
Qué chochos…
Lo importante es que haya más espacio. Estoy harto de apreturas; que se mueran cuando quieran, pero que lo hagan, coño.
Y si sois sinceros, estaréis de acuerdo conmigo en que no hay nada como tener un muerto que murió en estas fechas cuando pasa la publicidad sensiblera por la televisión. Eso une más a tu mujer con su amante. No tiene una mierda que ver; pero si ella dice que su primo tercero murió en navidad, tú te la follas con piedad cristiana y sin preocuparte demasiado por el condón.
Además, los que mueren en navidad, tienen una muerte más dulce; cosa que es lógica por el alto nivel de glucosa de tantos dulces baratos que toman.
Luego (“aluego” para los más navideños que son los más incultos) viene la borrachera con los licores también navideños y comienzan entonces a salir los trapos sucios del difunto, que hacia las cinco de la tarde de la comida de navidad, tras tomar todos cava y licores como camellos (abuelitas y pequeñines includes), resulta que el occiso era un hijolagranputa. Y acaban riéndose en familia de lo pequeño que era su pene.
Muerte entrañable, dulce y jocosa. Maravilloso.

Buen sexo.
Iconoclasta