viernes, 9 de julio de 2021

Lo malo de ser carnívoro


Parafraseando a vuestros sacerdotes, predicadores e iluminados políticos: Si Dios hubiera querido que comieseis hierba (debido a la semejanza fonética con “mierda” he estado a punto de cometer un jocoso error) os hubiera creado con cuatro estómagos y con las tetas verticales, como las vacas, por ejemplo. O bien con paladar y lengua de lija para atiborraros, incluso con gula, de ortigas y cardos como burros y cabras, otro ejemplo.

Lo malo es que tengo un solo estómago de hombre y tanto comer carne y beber cocacola (que engorda la titola), tiene la desventaja de darme una gran envergadura (parezco un tapón de bañera, más ancho que alto). Y por ello me he de hacer los autoretratos con grandes angulares o en formato panorámico, porque si no, no quepo en la foto (“no cabo”, que aún se puede escuchar decir a cualquier cerebro falto de glucosa).

Ahora voy a continuar explorando. Una denodada búsqueda de buenos pastos que mascar, a ver si puedo hacerme una cochina selfie con un simple palito sin más complicaciones, sin tener que forzar cruelmente los ligamentos de los hombros para realizar mi foto de mí mismo, sin vivir en mí y viviendo muriendo de mierda.

Id con cuidado cuando os hagáis una selfi, seguro que detrás tendréis a un fascista asqueroso preparado para secuestraros, encarcelaros y lobotomizaros metiéndoos un largo palo con una torunda de algodón en las napias, hasta haceros sangrar o simplemente asfixiaros. Cosa que hacen con la misma delicadeza que si la torunda te la metieran por el culo.

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