Y aquí tenemos una noticia que cualquiera habituado a leer una página cualquiera de un libro y entender lo que dice (es decir, con un mínimo básico de cultura), sabe que lo de los castrados y su mayor longevidad hace cientos de años que se conoce y aplica a la ganadería y a la ganadería humana. Cosa que los niños, al menos los que no llegaron a ser adoctrinados en la programación educativa del buenismo del fascismo de la democracia, sabían también.
Cualquiera que no esté capado sabe que España ya tiene un índice de castrados (sobre todo intelectualmente) alarmante. Y a juzgar por el número de bozales al aire libre, también físicamente (tanto machos como hembras) que lloran como nenas menstruando por cualquier cosa y aplauden como auténticos toros sin huevos desde unas gradas bien acolchadas para que no les duelan las cicatrices de la emasculación que han sufrido o gozado.
De ahí, que por fin se hayan decidido a arruinar las pensiones: han visto que podían encarcelarlos, extorsionarlos y acosarlos policialmente y obligados a llevar bozal incluso a cincuenta grados de temperatura; sin que los castrados se quejaran en absoluto, todo lo contrario: pidiendo más cárcel para sus propios hijos y juventud.
Y todo es perfecto, puesto que los castrados al vivir más, van a trabajar y cotizar más, y además, aplaudiendo. Con esto, los próximos ministerios y cargos públicos que van a crear podrán cobrar con más tranquilidad sus nóminas.
La decadencia humana en España es ya paradigma, un avance de lo que será la humanidad en unos pocos años más. Y es que España, para lo malo y sus dictaduras, ocupa el primer puesto de la championsligui (parafraseando al zapatero). Siempre.
Y a su prensa fascista y colaboracionista le debería dar vergüenza publicar algo parecido a que 2+2=4.
Hideputas…
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