sábado, 22 de julio de 2023

tg--Por aquel entonces carecía de mérito--ic

Fueras mujer u hombre, en los 40 del siglo pasado, no era ni peligroso ni irreverente fumar.

Fumar es peligroso hoy en cualquiera de las pseudo democracias del planeta que ha abrazado ya para siempre el nazismo penitenciario homosexual clima-sanitario que se instauró con el coronavirus o covid-19.

En esas democracias (la puntera en ello es España, líder en estado penitenciario y extorsión a la respiración libre contra la población trabajadora) todo habitante suele ser un cabestro obediente que odia el tabaco por orden de su amo Caudillo y dice que la marihuana es más sana. En estas pseudo democracias de la mascarilla y la vacuna (como actos de fe y comunión nazis) todo cabestro se ha habituado tanto a las dictaduras, que acaban haciendo como sus amos políticos: prohibir y pedir que se prohíba todo. Incluso que les prohíban a ellos ser ellos (la cosa más fácil del mundo, por cierto).

Básicamente estas pseudo democracias se basan en la mezquina envidia con la que los cabestros no pueden soportar que otro ejercite su libertad cuando ellos son unos obedientes serviles.

Y fumar es en estos estados nazis un gran estigma social porque al no ser un hábito narcótico, como el alcohol o las drogas duras, no le sirve al Estado Nazi, de ningún país.

Por eso, la fumadora, carece de mérito alguno  salvo ser guapa.

Otra cosa es que se hubiera atrevido a posar fumando para una revista en la actualidad: la hubieran ejecutado.

Pero no se puede negar que la gente que fuma es gente guapa y con clase…

No como estos pringaos que votan socialismo y luego se enteran de que su voto lo ha regalado su partido a unos chorizos o terroristas.

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