Tanto darle a la farlopa le ha podrido el cerebro.
Precisamente, mi gato me decía hace unos minutos: “¿Te acuerdas cuando con el coronavirus en la mano el Sánchez dio un golpe de terrorismo de estado contra la libertad y las necesidades biológicas de la población trabajadora, aislando a viejos para que murieran en los geriátricos y a enfermos crónicos que les negó la asistencia vital, cometiendo genocidio? Y convirtió España en una dictadura china permanente con la compra y control de todos los medios de comunicación e informativos que actualmente le comen la polla mirándole a los ojos obscenamente. Y la cultura se la pasó por el culo y dedicó a la homosexualidad y sus parafilias y al nazismo nacionalista terrorista todo el poder ideológico doctrinal y comunicativo, incluso económico.”.
Le respondí a Murf: “Ni caso al burro, está a la espera de un trasplante de cerebro porque lo tiene asfixiado por la coca que le regalan sus colegas dictadores hispanoamericanos, es normal que el bicho diga estupideces y coma cáscaras.”.
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