Deberíamos morir sin agonía, sorpresivamente por la calle, en cualquier lugar al azar. Que no haya lugar al auxilio o la hospitalización.
Si algo anda mal en el cuerpo, que se autodestruya al instante.
Semanas en un hospital no es vida, es recibir limosna.
Mendigar vida me parece intolerablemente indigno.
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