lunes, 30 de noviembre de 2020

Tan sencillo como follar



Ocurre que lloriquear por todo y tener miedo a cualquier cosa es la forma de vida habitual en las ya viejas sociedades degeneradas.

Y trabajar duro causa un temor paralizante a la chusma que bala aburrida.

Lo extraño es la independencia y el pensamiento libre.

La libertad y la autonomía no son una simple cuestión de inteligencia, es una genética que está desapareciendo asfixiada entre la mediocridad, mezquindad y envidia.

Ser feliz en las granjas humanas o ciudades es auténticamente ser imbécil.

No hace falta que ningún iluminado explique lo obvio, bueno… A los idiotas sí.

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