martes, 1 de diciembre de 2020

Los hechos reales de las pelis



Hay tantas películas basadas en “hechos reales” porque hay el mismo número de guionistas que realmente no tienen ya nada que contar, nada que imaginar. Sin habilidades concebidas, amén. Desde que pactó e institucionalizó la industria del cine el prefijo telefónico ficticio 555 (como una norma ISO), empezaron a escribir guiones basados en hechos reales para no hacer demasiado el ridículo.

Otra cosa a tener en cuenta es que, muchas pelis basadas en hechos reales (suelen ser telefilmes para las depresivas tardes de los domingos), realmente (es un hecho real) las hacen malos actores

Un actor pésimo, solo puede hacer películas pésimas. Y si las hace habitualmente es porque previamente apareció en alguna serie televisiva.

Y quien se ha dado a conocer en la televisión, seguirá trabajando en el cine con total impunidad independientemente de lo muy mal actor que sea y será siempre.

El precio de la fama lo paga el espectador y el petardo de actor se lleva el dinero. Nada nuevo bajo el sol, la vida laboral es igual.

Esta experiencia no está basada en un hecho real: es una realidad tan actual que, se hace más interesante la mosca que se golpea contra el vidrio de la ventana una y otra y otra y otra vez, que cualquier película de realidades.

Si yo fuera uno de esos directores que ha dirigido a un mal actor y realizado así una película de puta pena, me negaría a que mi filmografía apareciera en la Wikipedia; tengo demasiada decencia y pudor.

Con que me pagaran discretamente, no exigiría ni esperaría fama; ni siquiera bombones rellenos de una crema blanca que, se desliza eróticamente por la comisura de los labios cuando los muerdes con la apatía de quien ha hecho un mal trabajo y se la pela.

No hay comentarios: