domingo, 20 de diciembre de 2020

El coronavirus Terminator


Resulta que ahora, el coronavirus se ha dedicado a entrenarse como un marine y atiborrarse de anabolizantes para hacerse superfuerte, un auténtico Terminator venido de un futuro.

Una mierda ha mutado.

Lo que ha ocurrido simplemente, es que las democracias que han sido saqueadas y convertidas al fascismo (España la más mala, Inglaterra, Italia, Francia, etc…) con la imposición de su prisión y represión (hipócritamente llamadas confinamiento) y mascarilla obligatoria para la población; han mermado el sistema inmunológico de aquellos que han obedecido con fe ciega y religiosa en el uso de la mascarilla, empobreciendo así la respiración y por tanto los pulmones. Con el uso absoluto e indiscriminado de la mascarilla han privado al organismo de los elementos necesarios, como los antibióticos naturales, la necesaria y equilibrada humedad en el aire, el aporte de microorganismos esenciales que forman parte del aire respirable; y han añadido una respiración viciada y tóxica de un dióxido en cantidades mucho mayores de las que el organismo puede expulsar o metabolizar.

En definitiva, los nuevos y normales líderes fascistas o nuevos dictadores del coronavirus, han jodido el sistema inmunológico de la chusma crédula.

Y así es como el coronavirus ha infectado a la población con una facilidad que meses atrás no tenía: le han dejado las puertas abiertas a un virus que es el mismo, en una población débil y deprimida por los fascismos insurgentes.

La histeria que las propagandas de las dictaduras han creado en los sectores más cobardes de la población (con ese pánico paralizante que se les puede ver en la calle al caminar); ha alterado su sistema nervioso, y por tanto, otra vez de nuevo: golpe al sistema inmunológico.

Una de dos:

-Las nuevas dictaduras fascistas surgidas como otra infección más junto con el coronavirus son terrible y peligrosamente ignorantes, para la libertad y la salud.

-Es un acto deliberado del nuevo y normal fascismo para acabar definitivamente con cualquier libertad e instaurar un totalitarismo asesino, con certificado de falso paternalismo; atacando con pánico a una población decadente que ha olvidado la dignidad y la ha cambiado por un teléfono móvil por el que los dictadores les dicen qué hacer, qué decir, qué pensar y cuándo follar.

No hay mucho más que decir, ya empieza  a ser aburrido y vulgar. Incluso infantil.

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