miércoles, 4 de noviembre de 2020

Y una mierda cada cuatro horas


Como los españoles, con sus largos meses de prisión y los que les espera, tienen una renta tan desahogada; se la van a cambiar incluso cada cinco minutos.  Y una mierda.

Precioso…

Si el fascismo, su prensa, y el indigente Simón (insigne mentiroso de epidemias) se lo creen; es que son imbéciles. Y sé que se lo creen, ergo…

Como el que los jóvenes se han vuelto tan cabestros como para haberse ya habituado a su uso.

Es que me dan unos disgustos con tanta zafiedad…

A ver si se entera el fascismo (que fascista e idiota va de la mano siempre): la mascarilla, su única utilidad, es evitar que la policía política del nuevo régimen de normalidad española, te multe.

Las mascarillas se usan como pase de entrada en las tiendas y supermercados, para recoger el sudor de la papada, y para adornar el espejo retrovisor del coche; junto con el rosario y el San Cristóbal, son elementos imprescindibles de la decoración automovilística en la nueva normalidad fascista española.

He visto mascarillas colgadas del espejo retrovisor que gotean radiactividad.

No todos los timos les van a salir bien a los dictadores.

Idiotas…

Además, sale más barato coger el coronavirus y curarse con paracetamol, cama y pelis porno que gastando en mascarillas durante los años que pretenden mantener su prisión y represión, que si todo va como en España es habitual, serán otros cuarenta años más soportando al cerdo.

Bye…


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