Repiten constantemente “todas y todos”, “españolas y españoles”, “trabajadoras y trabajadores”. Se debe a que los asesores de imagen que les fabrican los discursos han sido fichados en los poblados de chabolas.
Gracias a ellos, he conseguido encontrar fascinantes misterios indescifrables en mis uñas.
El Caudillo Penitenciario Nazi Español Homosexual Sanitario, ocupa el noventa por ciento de sus páginas en repetir estos términos en cada perorata que raja. Se le nota que tiene que tragar saliva avergonzado de sí mismo.
Es algo que repiten todos los politicastros de cualquier género en cuanto suben al púlpito a recitar sus mentiras.
El término “ciudadanía” engloba todo; pero hace los seriales más cortos y chupan menos cámara.
Para una persona con cierto nivel cultural y hábito lector (excepto de esos libros autoeditados que vende amazon y en los que cada párrafo como mínimo incluye un “ella” o “él”, aunque esté claro en el contexto a quien se refiere), resulta bastante vergonzoso escuchar algún fragmento de esas peroratas de la casta política española.
Como si hablara un niño de cinco años que aún no ha aprendido a usar su idioma.
Otra cosa muy infantil, es eso que dicen tantos, como se ha visto y oído últimamente en el video de una política que acaba con un: “Os espero a todas y a todos”.
Si dices “Os espero”, ganas un montón en elegancia y cultura. Y así, no dejas fuera de la invitación a los sectores más especiales y necesitados de cariño que carecen de un género definido por el que sentirse aludidos.
Y esto a su vez, explica por qué decretan los del gobierno penitenciario español que los estudiantes puedan pasar a otro curso superior, e incluso licenciarse con los brazos llenos de calabazas: por solidaridad con los de su especie.
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