Esta tipa, como ya ha arrasado con toda libertad en Nueva Zelanda, incluso la de las generaciones venideras, ha dado por finalizada su tarea nazi y ahora se larga para cobrar su millonaria pensión. Que la pobre debe tener jaqueca de tanto trabajar prohibiéndolo todo. Pobre…
Qué suerte han tenido los oprimidos neozelandeses. Aunque tal como están las cosas, que no se fíen, con toda probabilidad llegará otro jerarca nazi mucho peor.
Aquí, en España, al Caudillo Penitenciario Homosexual Sanitario hay que arrancarlo con una cuchilla bien afilada de la poltrona, como a las garrapatas o sanguijuelas. Cómo se agarra el dictador a la vena de la población…
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