Que un simple jugador de pelota trascienda tanto es una clara campaña de entretenimiento para cabestros. Que no vean la corrupción del gobierno español penitenciario homosexual sanitario y que se avecina la cartilla de racionamiento para los trabajadores españoles, llena de sabrosa, nutritiva y barata mierda.
También explica porque los políticos españoles elegidos “democráticamente a la venezolana” necesitan una nómina de cientos de educadores que los eduquen en la lectura, la comprensión, el lenguaje y a robar y corromperse con elegancia.
Las gente vacía, las carcasas; vota a los que son como ellos o como sus jugadores de pelota favoritos, que lo suele ser cualquiera que sea noticia y susceptible de pulsar el “me gusta” o “no me gusta”.
¡Ah! Y de dura pena de prisión, una mierda. Ya sabemos que las penas duras son exclusivamente para los pobres o trabajadores y los ajenos a los partidos en el gobierno y colaboracionistas. Que para eso se ha decretado una excepcional corrupción judicial.
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