Es muy gracioso el paleto taxista, como aquellos esclavos negros de las películas, con los tendones cortados que cojeaban tras su amo metiéndole la lengua en el culo.
O sin ir más lejos, como el personaje de Alfredo Landa en los Santos Inocentes y su señorito.
Es muy divertido y didáctico ver que en España el folclore popular que lleva a los dictadores a ser los más longevos del mundo, sigue tan fresco y tan genéticamente clavado en la endogámica raza ibérica humana.
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