sábado, 19 de febrero de 2022

Fetichismo y superchería para conjurar el nazismo y su coronavirus

No es de extrañar que si el Papa dijo que vacunarse era un acto de bondad, el bozal debe ser un acto de penitencia beato y morirse de hambre rezando piamente por el acoso del nazismo, te convierte en mártir con probabilidades de ser canonizado.

Así que los que llevan bozal, por lógica y dogma no tienen ya más remedio que pegarse estampitas en la frente y colgarse medallitas que besar cada vez que bajan a la calle a enfrentarse al coronavirus “volaor”.

Aquí pasa como con los cristianos devorados por los leones en el circo romano: aplausos.

Me pregunto qué cojones cantarán este año en las saetas de las procesiones de semana santa.

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