jueves, 18 de noviembre de 2021

Lo dicho, son muy extrañas las vacunas que no vacunan

 


Así que lo que pasa (además de que gripes, catarros o resfriados se meten en el saco del coronavirus para inflar estadísticas), es que son los vacunados con su pasaporte del coronavirus los que deberían ser confinados, ya que se mueven con total libertad contagiando a vacunados y no vacunados. Es una absoluta orgía higiénica propagada por el fascismo del coronavirus.

Que los vacunados se contagian y contagian, no es una idea o una invención literaria, lo sé de primera mano, de mi propia familia. Y que los vacunados van de resfriado en resfriado hasta convertirse en coronavirus, también es bastante habitual.

Es estúpido e infantil el bulo de que el mínimo porcentaje de vacunados contagie a nadie.

El problema son los vacunados y su buffet libre para todo con su pasaporte del coronavirus (el famoso brazalete nazi).

Y es que no sé porque llaman vacuna a lo que no vacuna.

De verdad que la inteligencia ha caído a niveles insectiles. Tal vez sea hora de una purga genética de la especie humana y el coronavirus, pobrecito, no da al abasto.

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