No saben lo que es amar. No son capaces de entender su exclusividad.
Nnfas y faunos sometidos a la voluntad genital, con sexo mediocre y funcional.
Se visten, pobres palurdos, con el ropaje del amor y ni ellos mismos pueden asear su piel a las mañanas de toda esa ponzoña hipócrita que les cubre.
La cobardía a la soledad no es motivo de orgullo ni de llamar amor a cualquier porquería que pisas en la calle.
Demasiada banalidad para mi gusto. No hay selección natural.
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