sábado, 24 de enero de 2015

El alborozo de algunas pérdidas

Cuando algo molesta u ofende, es lógico y de obligado cumplimiento, deshacerse de ello.
¿Qué razón hay para no hacerlo con una persona odiada o despreciada? Porque al fin y al cabo, es mucho más molesta una mala persona que un cuadro horrible del salón que nos ha cansado.
Tal vez sea el asunto religioso o una simple cobardía por evitar un enfrentamiento. Es habitual quedarse con la mierda antes que quedarse sin nada.
Las leyes deberían tener un abanico más amplio de clasificaciones para los asesinatos. Hay muertes buenas y malas, necesarias y superfluas.
No toda asesino debe ser tratado como criminal.
Y debería haber un día de la alegría por las personas de las que nos hemos deshecho de algún modo u otro.
Todas las cosas y las personas que molestan, deberían desaparecer de la faz de la tierra, porque la vida es muy corta y podría ser que un día los idiotas volaran y taparan los rayos del sol  provocando una gran glaciación.
Preservemos el planeta.
Querer ser Teresa de Calcuta para todos los seres humanos sin distinción, es lo mismo que ser idiota.
Alea jacta est (o debería).

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