Una ambición enfermiza, el dinero fácil y rápido y una importante merma intelectual te pueden llevar a ser presidente de un país o un influencer muerto (no es el primero) que ha vivido sin dar un palo al agua cobrando una pasta por absolutamente nada.
Afortunadamente, aunque desconsoladoramente lenta y escasa en frecuencia en esta sociedad globalizada de la ignorancia e imbecilidad, también actúa una selección natural que elimina las cosas inservibles o que podrían contaminar la genética de la especie humana si tuvieran demasiada descendencia.
Mejor es muy poco que nada, qué le vamos a hacer…
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