Se han habituado los políticos y religiosos a ser votados y loados como auténticos salvadores y protectores de las clases bajas. Han creado la ilusión en las clases bajas que mediante el voto los pobres eligen su gobierno.
Captan los sectarios políticos y religiosos el voto mediante palabras melifluas que impactan gratamente en un cerebro libre de toda inquietud intelectual y cuando llegan al poder, descuartizan a los económicamente más débiles sin miramientos. Criminalmente.
Los votantes son como los antílopes de la sabana africana pastando tranquilamente, mientras a unos pocos metros de ellos, los leones devoran a un congénere suyo.
No sé si los antílopes aceptarían el bozal y quedarse en caso pasando hambre, y mucho menos una vacuna; pero baste el devorado como ejemplo conceptual.
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