Es una demostración práctica en vivo y en directo de cómo el Gobierno Nazi Español Penitenciario Homosexual Sanitario, pervierte la claridad y precisión del lenguaje a niveles incluso legales; de tal forma que queda así abierta la posibilidad de crear un nuevo delito contra la población española: pronunciar o escribir “madre” o “padre”.
Es básico en toda dictadura, como ahora nos enseña la española, manipular la sencillez, claridad y precisión del lenguaje para confundir a la casta paria o clase baja trabajadora española y a sus hijos. Con el fin de que pierdan su identidad humana y se asemejan más a los cerdos de pocilga.
Por otra parte, censurando o prohibiendo palabras, se asegura el nazismo español la implantación de una nueva liturgia político-social-religiosa, que llene los cerebros vacíos y lerdos de la población.
En fin, que la casta paria o clase baja trabajadora española acate la nueva religiosidad nazi española carcelera maricona y sanitaria.
La lección es: si se empobrece y pervierte el lenguaje, también el pensamiento.
Un concepto básico de toda dictadura, nada nuevo bajo el sol.
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