La guerra ruso-ucraniana, su publicidad, se ha desatado con fiebre evangelizadora. Es pura comida de coco contra la población de los nazismos surgidos con el coronavirus en las pseudo democracias occidentales, con especial virulencia en Europa, cuna de este nazismo sanitario.
Los medios de comunicación y desinformación están absoluta y paranoicamente volcados en celebrar el primer año de guerra ruso-ucraniana. Convirtiendo esa guerra en la de todo trabajador español y europeo, para que siga hundiéndose en la miseria donando su esfuerzo y trabajo a una guerra que no es suya, a unos líderes nazis que tampoco son rusos ni ucranianos; pero se embolsan los correspondientes porcentajes y sobornos de todo lo que tiene que ver con ella.
Toda la prensa puta está volcada en la guerra con el fin único de hacer creer a la chusma votante que es su guerra y su deber arruinarse y humillarse por ello.
La propaganda nazi sanitario homosexual más grande e invasiva jamás vista contra la población desde el nazismo hitleriano.
Es un insulto a la inteligencia ver todas esas cientos de páginas de la prensa prostituida al nazismo sanitario homosexual evangelizador, su desbocada y bien pagada publicidad cuasi religiosa.
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