Y es que un tipo de veintinueve gritando ayuda a mamá, pues como que no me parece muy digno. El tiempo que empleas llamando a tu madre, encuentro que es más lógico emplearlo en llamar hijoputas a los que te apalean.
Otra cosa, es sistemático y llamativo esa sensiblería hipócrita llamar a una víctima “joven” y al agresor “hombre”. Es típico de la prensa, si tienes veinte años y pegas eres un adulto, hombre o mujer. Si eres la víctima, eres un chaval o una chavala.
No sé si es que les debe parecer más tierno para la víctima o es al redactor que le da algún tipo de consuelo espiritual.
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