sábado, 17 de abril de 2021

El Gran Wyoming, el nuevo y normal telepredicador del Fascismo Español


Mi hijo Iconoclastito (el diminutivo es un ataque emotivo de cariño paternal, porque folla más que los monos), me gritó desde su habitación:

–¡Qué asco! ¡Mira, papa!

Acudí corriendo, con la ilusión de que me iba a mostrar una buena escena sórdida de porno fetichista (de esas que tanto me gustan de mujeres penetradas por muñones de brazos o piernas); pero qué va…

Era infinitamente más repugnante, más blasfemo. Absolutamente fascista.

El pseudo humorista, pseudo cronista de chismorreos banales y pseudo todo: el Gran Wyoming, aparecía en un video que el ordenador de mi hijo reproducía; en su prostituido (al régimen español, of course) programa El Intermedio (no sé a que viene semejante título, porque está en la cima de la cadena alimenticia del fascismo español). Saltaba gritando, vitoreando y loando la gran hazaña del fascismo español del día: haber pinchado la vacuna de la trombosis contra el coronavirus a no sé cuantos miles de cabestros o mansurrones de una tacada.

Este insigne bufón, telepredicador y voz del sacerdocio del Nuevo y Normal Gobierno Fascista Español del Coronavirus, incluso lloraba emocionado muy fascioso él, dando gracias al Caudillo Sánchez, sus ministros, funcionarios y caciques autonómicos de forma nada sutil.

Para acabar el bloque publicitario y doctrinal del programa (muy bien pagado con las pensiones que el fascismo español ha dejado de pagar a los ayudó y ayuda a bien morir), muy serio el telepredicador, recriminaba a sus telespectadores que, ya no se aplaudía a los acosadores del régimen (nueva y normal bofia política española), ni a sus aburridos funcionarios de la sanidad. Que según el televisivo catequista del fascismo, son los grandes mártires y sufridores de la gripe del coronavirus, por la gran carga de trabajo en la que ni tiempo tenían para atender a los enfermos que precisaban diálisis, tratamientos oncológicos, infartos, comas diabéticos y otros accidentes vasculares, hemorrágicos y traumáticos. Estos eran los verdaderamente sacrificados y santurrones de esta global pandemia (no la llamó estafa) del coronavirus o lacovid19.

Y así exigió un aplauso para esos mártires que jamás fumaron, ni hicieron videos graciosos en sus hospitales.

Y así cada día es menester de hacerse.

También predicó el nuevo y normal latiguillo fascista: “Nadie muere por las trombo-vacunas, las aspirinas son el verdadero veneno”.

–¡Hostia puta, papa!–exclamó mi hijo al darse cuenta de que había vomitado en el suelo viendo ese obsceno recorte del programa.

Me abracé a Iconoclastito.

–¡Nunca más, mijo! ¡Nunca más me llames para ver algo así! ¡Ni siquiera me lo cuentes! ¿Sabes que hay cientos páginas de porno gratis, aunque sea con publicidad? Te la puedes pelar la mar de bien y te libras de ser imbécil.

Me tiré un pedo dirigiéndome a mi despacho y pensé en el Gran Wyoming haciendo el trenecito desnudo. Él era el vagón de intermedio entre el Caudillo Sánchez el ex vice Caudillo Iglesias.

El telepredicador de El Intermedio, es al Nuevo y Normal Gobierno Fascista Español del Coronavirus, lo que era la voz del Nodo en los cines del franquismo.

Estoy abandonado…

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