domingo, 28 de marzo de 2021

300 homoambiguos


¿Qué tipo de ambigüedad puede haber en la película 300 y la relación tan escalofriante que tienen aquellos dos soldados espartanos: el sonriente y rijoso Stelios (que protagoniza Fassbender) y Astinos (el de la melenita negra y recién alaciada, hijo del capitán de Leónidas) y al que afortunadamente descabezan para acabar ya el deprimente romance de marcada actitud homosexual para nada ambigua?

Y es que si solo hay ambigüedad en 300 ¿por qué llegué a sentirme tan realmente incómodo en la butaca con esa parejita que constantemente se tiraban los tejos en una pantalla, tan panorámica como inconsolable ya que no podía escapar de aquellas escenas tan homoambiguas? No he pasado jamás momentos tan embarazosos viendo una película ¿No podía ser simplemente una película de acción, violencia y ya?

Merde… 

Yo no digo que esté mal, por mí como si hacen el trenecito con el jorobado Efialtes (que por cierto acabó chupándosela a Jerjes, en el momento en el que se postró ante sus altos genitales); pero no hay ambigüedad alguna con los personajes en cuestión, son absoluta e imperdonablemente maricas. La mariconería es tan nítida y patente que parece filmada con óptica espacial desde un satélite a medio metro del plató.

Yo le decía a Leónidas: ¿pero es que no ves que los julandrones no paran? Diles algo coño, eres el puto rey; pero Leo, ni caso, por lo visto estaba tan acostumbrado a la mariconería que ni siquiera le incomodaba un poquito y se dedicaba a comer alguna manzana podrida que encontraba por la playa.

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