sábado, 16 de enero de 2021

¿Qué será de la bofia del nuevo y normal fascismo español?


En el dudoso caso de que el nuevo fascismo deje de estrangular las más elementales libertades por la baja incidencia de “contagios por coronavirus o lacovid? (gripe o catarro): ¿Qué ocurrirá con su fiera policía cuando ya no pueda ejercer su abuso, paranoico control, extorsión, maltrato y sanción caprichosa a los ciudadanos honrados?

¿Deberán ser reeducados para que puedan distinguir a los delincuentes de los ciudadanos honrados a los cuales se han habituado a perseguir y acosar alegremente?

¿Necesitarán tratamiento psicológico, incluso psiquiátrico por depresión? Porque volverán a trabajar de verdad y dejar la comodidad y alegría de controlar a los trabajadores que, acuden a sus puestos de trabajo en las noches oscuras de la nueva y normal dictadura española como si fueran delincuentes.

¿O tal vez el nuevo y normal fascismo español se inventará nuevas enfermedades graves para mantener las medidas de prisión, extorsión, acoso y represión contra el ciudadano honrado y así la bofia y sus amos vivan felices durante cuarenta años más?

Total, está visto que lo único que se le da bien a la bofia es el acoso a la gente honrada. Y como el fascismo español miente a cada segundo, le contará en una comparecencia televisiva a la chusma que lo alimenta y lo nutre de millones que, gracias al coronavirus y su policía, los niveles de delincuencia han sido los más bajos en diez siglos. Y por lo tanto se verán moralmente autorizados a proseguir con sus acosos a los niños que no llevan bien colocado su bozal y a los fumadores.

A propósito del bozal ¿se sentirá la policía desnuda sin la impunidad añadida de sus negros bozales?

Son cuestiones muy importantes que necesitan esclarecerse urgentemente; porque cada vez que salgo a la calle, corro un gran riesgo de toparme con un madero de las más de cuatrocientas clases de policía que el nuevo y normal fascismo español ha implantado y que pululan extorsionando la ciudadanía y robando libertades sin pudor. Policías que, para mayor inri, ganan dinero parasitando el jornal de mi trabajo.

Hay que conocer en todo momento al enemigo y saber cómo pueden reaccionar, es pura supervivencia en toda dictadura con tantos sus secuaces y delatores controlando.

Al final, en caso de que el fascismo afloje su feroz y china represión, será inevitable sentir cierta ternura por esos policías abatidos anímicamente que ya no podrán clausurar con sus cintas de plástico y precinto los parquecitos infantiles en las calles como si fueran alijos de cocaína, con ese mismo rigor y agresividad de la lucha contra narcotraficantes.

Con lo felices y empoderados que se sentían al dedicarse a aquellas estupideces. Pobres…


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