Continúan los caciques de las taifas del territorio español ejerciendo su represión máxima, el encierro, la coacción al ciudadano y el asesinato de los enfermos.
Los caciques o presidentes autonómicos están librando una competición por ser los más represivos, los tiranos más feroces del nuevo y normal fascismo español del coronavirus.
Los bastardos siempre han querido ser más que sus padres y ese complejo de inferioridad los hace venenosos en su cobardía innata.
Tiranos provincianos ávidos de poder, dinero y notoriedad que, si por ellos fuera, montarían campos de concentración tatuando estrellas de David en la ciudadanía.
Lo que se siembra se recoge, justamente lo que está ocurriendo, a un fascismo irracional y cobarde de un gobierno, se suman los de sus sub gobiernos territoriales.
Es de todo punto necesaria una masacre bélica en España que la arruine por completo para volver a crear algo decente de entre las ruinas y los cadáveres.
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