Yo no busco presencias, busco los cuerpos tridimensionales, opacos, sólidos, parlantes, sensibles, hermosos, voluptuosos en su feminidad arrolladora.
No puedo permitirme prestar atención a nubes de formas variadas por muy del más allá que sean y desatender a la belleza palpable, la que se toma, se besa y esperas que cada mañana despierte a tu lado, entre otras cosas para hacer el café.
Bueno, siempre hago yo el café; solo pretendía no ser demasiado melifluo y de alguna manera, marcar territorio como macho.
Los instintos van en el pack de oferta.
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