sábado, 23 de julio de 2022

La obsesión del fascismo catalán por la pureza de su raza

Y aquí otra vez la Caciquería Autonómica Catalana, dando la vara y preocupada porque los catalanes sean dignos de un estándar racial puro y uniforme.

Ahora, al igual que el Caudillo Penitenciario Fascista Español con sus días difíciles, los Caciques de la taifa catalana ya deben estar preparando un nuevo robo de usura a los dulces, los refrescos y a la carne misma, porque al fin y al cabo, sin carne son más dóciles; como los grandes herbívoros de ganadería. Y yo que veo a algunos jerarcas o ex jerarcas catalanes nazis, que parecen bolas de billar…

Una vez le dijo un endocrino a mi madre, cuando era un niño gordo, que era prácticamente un crimen poner a dieta a un niño que está en crecimiento, con la dieta me mareaba, vomitaba. Que las dietas eran para personas formadas, ya adultos en su metabolismo y crecimiento. Claro está, si no había una grave patología en el infante en cuestión. En el caso catalán, la grave patología se encuentra en su supremacismo paranoico, acosador, arruinador y doctrinal.

Aquí no se trata de que coman dulces y el veneno que representa, se trata de la dictadura en sí misma, de la ideología de inmiscuirse en los hábitos más íntimos y cotidianos del ciudadano, pueblo, votante o contribuyente; para que se sepa en todo momento controlado por el poder y piense justo lo necesario para aprobar el permiso de conducir.

Un niño gordo es bastante feo y hace quedar mal a los dictadores.

Y no tardaremos en ver como el Estado Nazi Catalán roba los hijos a los padres por ser gordos y los mete en algún lugar para adelgazarlos si puede y si no, esconderlos.

Todos atletas, y si no delgados como judíos de campos de concentración. Porque delgaditos son más fáciles de mover, de pastorear y de apalear si es necesario.

Y ahora que soy un gordo viejo, pues no me sale de la polla dejar de comer lo que me gusta. Es tan sencillo y vertical como la mierda de gato resbalando por una pared de linóleo.

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