Han humillado tanto al personal con la férrea dictadura nazi del coronavirus, que unos por neuras y otros porque se han contagiado de prohibir (hay muchos ciudadanos sueltos a los que partir la cara porque se creen prohibidores profesionales o claman prohibición continuamente), están por partirse todos los cara, violar o pegarse tiros.
Si antes había violencia, ahora ha subido la frecuencia y la gravedad (yo no lo digo, lo dice la prensa prostituida al nazismo, que conste).
Unos sienten rencor hacia el estado y el mundo entero, por a la humillación sufrida durante dos años (yo mismo) y se dicen: “Ahora les voy a enseñar a estos idiotas lo que es ser malo, hijoputas” y se lían a tiros. Otros, un poco más mansos y serviles, simplemente te molestan señalando lo que está prohibido como hacían los ciudadanos de pro en tiempos de su añorada España de Franco.
De ahí que el estado quiera prohibir el tabaco para que la gente fume maría o crack y se hagan más dóciles, menos agresivos y más indolentes.
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