lunes, 13 de abril de 2015

"Antigüedades"


El dueño, es la auténtica antigüedad del negocio que dice vender antigüedades.
Y como soy la hostia de filósofo y filólogo cuando me lo propongo, me he puesto a debatir entre yo y yo mismo, que es lo que diferencia un desperdicio de una antigüedad.
Al dueño no se lo voy a preguntar, prepara con tanto cariño su mercancía como publicidad, que temo que se me ponga a llorar, y a esa edad los disgustos no son buenos.
Elegante no es la mercancía, pero simpáticamente kitsch, lo es un rato.
Y seamos realistas, el mundo está plagado de vulgaridad y mal gusto, seguro que tiene mucha clientela.

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