Que alguien defienda sus mínimos derechos biológicos y su libertad para acceder al sustento vital, es un soplo de aire fresco en esta burbuja fascista que es toda España y todas sus taifas; y en lo que se está convirtiendo la decadente y envejecida Europa, que es ya puro despojo de cultura y libertad.
Hay quien tiene respeto por su libertad y su criterio y los hay que alimentan caudillos durante decenios y decenios.
Les deseo mucha suerte a los holandeses.
Y esta noticia, sin duda alguna, es algo que ha escapado a la censura del caudillismo penitenciario fascista español, seguro que La Razón se está mordiendo las uñas nerviosa a ver que les decretan por ser periodistas tan díscolos.
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