domingo, 30 de enero de 2022

Ojalá sea un gran año el 2022


Para que el 2022 sea un gran año (al igual que no ocurrió en el 2020 y 2021) sería necesario que murieran todos los políticos españoles que han pedido con gritos desaforados y puñetazos en sus púlpitos de cortes y parlamentos, la prisión, acoso, ruina y asfixia para todos los españoles; a los que han considerado delincuentes de poderse infectar de coronavirus. Ni uno solo de los políticos hijos de puta españoles ha levantado una ceja preguntándose lo muy nazistas que son.

En los casi dos años que han pasado desde que el fascismo español dio un golpe de estado a la “democracia” no ha muerto ni uno de estos hijos de puta.

Para cagarse en dios…

Y nada me hace pensar que el 2022 pueda ser mejor y que mueran.

Ojalá fuera así, que mueran por sus crímenes a mi libertad, soy pesimista por sistema; pero nunca derrotista. Mantendré una contenida esperanza.

El político fascista hijoputa, en resumidas cuentas, tiene la longevidad de las putas tortugas; pero sin intelecto alguno.

Cada uva que me tragué (después de quitarle la piel y las semillas, yo no como desperdicios como los cerdos de los políticos europeos y españoles) era el deseo de que murieran mil politicastros, jerarcas o burócratas. Ahora espero una señal de la diosa fortuna y que doce mil cerdos sean incinerados en lo que queda de año.

Si fueran más (nunca son suficientes muertos), tomaré seis uvas más para aprovechar mi buena racha de suerte.

A ver si hay generosidad en el universo y para el año que viene, han muerto todos.

No soy un ingenuo, pero como no tengo otra cosa que hacer, deseo y sueño cosas buenas y gratificantes.

Para mí y la humanidad, aunque la humanidad mimportaunamierda.

No hay comentarios: