Lo sórdido pues, campa a sus anchas tan habitual como en el franquismo, que podía alimentar un periódico dedicado a las noticias de crímenes.
Miedo, obediencia, fe ciega y un fascismo con una ambición como nunca se ha visto en la historia, deja un reguero de mierda con el cual puedes seguir su cronología a diario.
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