jueves, 14 de mayo de 2020

Ardor guerrero


Uno se acostumbra enseguida a vivir bajo una dictadura: cosas como sonreír o dar las gracias a un policía acosador y pensar al mismo tiempo: “Hijo de puta”, sale de una forma natural.
O dar la razón a un vecino cobarde sobre lo bueno del encarcelamiento de la población y el uso de la puta mascarilla y pensar: “Así te mueras, cabrón”.
Te acostumbras a hacer rutas diferentes todos los días para evitar encontrarte con la bofia a menudo, aunque sea en el horario o por las razones permitidas…
Incluso tiene su romanticismo vivir bajo una dictadura, acabas sintiéndote como un guerrillero y piensas en atacar, agredir, sabotear… Cosas de esas que se ven en las películas contra los gobiernos déspotas.
Y ya al final, acabas soñando que al final no te irás solo, que si te quieren joder, te llevarás a uno de ellos contigo.
Qué ardor guerrero. 
Me gut-ta…🤤🤤🤤

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