Vivir intensamente es imponer el propio pensamiento sobre el rumor de cientos de voces, de motores y música barata.
Vivir intensamente es enmudecer a la humanidad y caminar con el pensamiento a todo volumen.
Yo soy la intensidad y el resto, lo ajeno, lo que no puede anular mi pensamiento.
La ciudad y lo que contiene es un mal derechazo de un pugilista mediocre. No ganará nunca.
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