Se amarán todos durante unas horas y serán completamente inconscientes de su hipocresía.
No hay suficientes balas de plata ni ajos para combatir esas transformaciones.
Solo la pornografía podría ser un refugio seguro y liberador durante unos minutos contra toda esa bondad y beatitud del carajo.
Hay que aguantar estoicamente durante unas horas, hasta que se emborrachen y embrutezcan y se deshaga así la falsa piel de la bondad.
Por si acaso, no estaría de más llevar una estaca de madera escondida en la cintura, por si algún "bondadoso/a" se resiste demasiadas horas a ser el miserable que es habitualmente.
Es que en navidad es tan habitual infravalorar la sinceridad y la naturalidad...
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