Al final es una actuación teatral mal dirigida y mal interpretada para imponer una de esas “crisis” tan habituales que le sirve a la Confederación de Nazismos Mundiales, para joder a la clase trabajadora con más impuestos con los que robarle lo poco que gana y eliminar más libertades y sus necesidades biológicas. Ahora por ejemplo, con el teatro de la paz en el mundo y la guerra ruso-ucraniana.
La tarea de la guerra ruso-ucraniana era imponer un impuesto sangrante en la clase trabajadora y eternizarla, para que los jerarcas nazis europeos de las pseudo democracias covid continúen embolsándose esos cincuenta euros mínimo que han subido la factura del gas. La extorsión a las castas parias europeas es una de las mayores estafas de la historia de la humanidad.
Es la razón de que esta obra de teatro sea larga hasta el aburrimiento.
Y desde luego, carece de la gracia y siempre decadente glamour de Hollywood.
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