Siempre es tarde cuando la dicha es buena. O sea, cuando te toca la lotería a una semana de morir no es como para tirar cohetes.
Son cosas que pasan a menudo y que mandan a la “dicha” a tomar por culo, salvo por algunos casos aislados, de esos que siempre se dice “todos los tontos tienen suerte” o “a todos los tontos se les aparece la virgen”.
Para todos los demás, insisto, la dicha siempre llega tarde.
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