jueves, 5 de noviembre de 2015

Si no comes te quedarás pequeño


Cuando eres pequeño no te preocupa, no importa ni se considera si algo es verdad o mentira. Simplemente se acepta: los juguetes son seres vivos, los monstruos habitan y llenan la oscuridad y somos los más valientes si hay luz.
Y poco a poco a los juguetes se les va la vida de sus plásticos ojos, lo que parecía el metal más duro del mundo y los rayos láser resultan patéticos y provocan indiferencia. La valentía se convierte en simple trabajo y repetición.
No hay memoria histórica en los humanos, hay un momento que les aqueja la idiotez, sobre todo cuando se hacen padres o madres. Automáticamente pasan a ser una especie de beatos y aconsejan a sus hijos e hijas que no follen, que no se emborrachen como ellos: "Haz lo que te diga, no lo que yo haga".
Quien hace caso a sus padres, está perdido. Se convierte en una extensión mediocre de ellos.
La maldita hipocresía extendiéndose como un manto de mierda generación tras generación.
Y por eso a los pequeños se les amenaza con quedarse pequeños cuando no comen, por esa subnormalidad que da la madurez a algunos.
Porque lo cierto es que quedarse pequeños, sería lo mejor que les podría pasar en esta sociedad tan sensiblera, repetitiva, ignorante y banal.

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