jueves, 5 de noviembre de 2015

Este díscolo e inquieto Julio César

Es que no podía dejar la espada tranquila, fuera cual fuera el conducto donde la ensartaba... Era todo un dominatrix.
Y lo que debió amar a Rufián para darle todos esos legionarios...
Seguro que está en el Olimpo bailando al son de I Want To Break Free, con zapatillas de conejito atisbando por debajo de la mini falda de Freddie Mercury.
En el colegio, la historia que me enseñaron era repugnantemente aburrida, suerte que me hice mayor y no creí nada de lo que intentaron enseñarme.

(Vida del divino Julio César, de Suetonio)


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