Quentin Tarantino es la prueba viviente y actual de que sólo es necesario ser oportunista y lisonjero hasta el asco (obsérvese el eufemismo) con la peña que tiene la pasta, para que te regalen dinero y poder poner en los títulos de crédito de un video casero, que eres director de cine.
Si en en los Establos Unidos de Norteamérica del norte tienen a Quentin Tarantino, nosotros no podíamos ser menos y tenemos a Santiago Segura.
Es que tengo una mala suerte a veces con las películas...
El séptimo arte... Y un huevo.
Buen sexo.
Iconoclasta