El verano español apocalíptico climático 2022, además, trajo todo tipo de “pinchadores” en serie que crearon gran alarma entre la prensa y las gallinas que leían con ojos como platos el horror de un pinchazo. Y pensaban: “¿Es que nadie va a salvarnos la vida, por el amor de Dios y nuestro Caudillo Nazi Penitenciario Homosexual Sanitario?
Acabando el verano, resultó que nadie pinchaba a nadie y en todo caso, aunque hubiera pinchado, no había metido nada en el culo de las macizas.
Aunque yo sigo pensando, que seguro que había algún sanitario nazi (fuera un psicópata fanático o un comando del estado penitenciario español) practicando vacunaciones a la fuerza, como el Cacique Autonómico Nazi asturiano pedía a gritos y con fervor franquista vacunaciones forzosas, por las buenas, por las malas y con violencia si fuera necesario.
Y esto no es una película, bueno, sí. Es como una mala película tailandesa; pero está basadísima en hechos reales de verdad de los “güenos”.
A ver el verano nazi español del 2023.
A ver que se inventan…
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