lunes, 30 de mayo de 2022

Cultura y arte no tienen cabida en un estado fascista

No sé que es Alcarrás (suena a pueblo, con sus fuertes reminiscencias fonéticas rurales); pero el cine, tanto independiente como dependiente, es ya historia y se ha convertido también en un continuo catecismo fascista que aburre a las ovejas (nunca mejor dicho) que balan las pobres, desesperadas. Lo mató el coronavirus al propagar el neonazismo por todo el planeta y contagiar a todas las falsas democracias de mierda, a las de corte occidental con especial ferocidad.

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