lunes, 21 de marzo de 2022

Evangelio 1: el coronavirus. Evangelio 2: la guerra

 

Prosigue la doctrina del miedo, la fe en los jerarcas de las democracias occidentales (sobre todo europeas) convertidas al neonazismo, la mansedumbre, la obediencia y la resignación de la población ante su ruina económica.

Primero con el coronavirus se ablandó a los habitantes; incluso a lo que no tenían fe en el neonazismo: durante dos años los evangelios del coronavirus nazis no han cesado de difundirse en medios de comunicación y redes sociales.

Ahora para que siga blandita la masa amorfa que es la población, le meten la guerra incluso por vía rectal: convierten a los ucranianos en patrimonio de la humanidad (por la Unesco) y cada día hablan de lo muy duro que va a ser vivir con tanta crisis debida ahora a la guerra (que no es más que de Ucrania y Rusia) y sumada a la estafa fascista del coronavirus .

Y así, mientras pasan películas de guerra y peluches preciosos en las noticias; la decadente sociedad obediente y crédula, piensa en adoptar ucranianos, sacude la cabeza con resignación ante la nueva pobreza de la clase trabajadora que están preparando y entre ellos se dicen: “No nos podemos quejar, mira cómo están en Ucrania”.

Y así el crimen perfecto del neonazismo que surgió por medio del coronavirus se extiende en el tiempo como otra mancha de mierda más sobre la faz del planeta.


No hay comentarios: