lunes, 12 de octubre de 2015

Todas las canciones


"Cuando veo a través del vaso, veo a través del tiempo.
Donde los sentidos se dislocan, donde los temores se evaporan.
Y aprovecho para desdoblarme"
(Caifanes: No dejes que).

Hay quien no resiste escuchar una canción porque le evoca malos momentos; como si le removiera una espina clavada que no ha tenido la habilidad, voluntad o valor de arrancar.
Yo no.
Yo escucho con placer todas las canciones que me han gustado en mi vida. Y si algunas he dejado de oírlas, ha sido por aburrimiento o porque mis gustos han evolucionado.
No soy supersticioso ni cobarde. Lo muerto, lo desechado y lo pasado se convirtieron en anécdotas. Los seres muertos o los que morirán sin que lo sepa o influya en mi ánimo, no tienen peso suficiente para amargar una canción o una película.
Ni yo soy tan cobarde o pusilánime para permitirlo.
Solo me alteraría que lo muerto resucitara o hallarme cerca de lo desechado. El olor a mierda me molesta (valga la metáfora para cosas y seres).
Y lo peor es esa sensación funesta de que hay gente que no muere nunca; pero al final, me sereno y me río muy zorro yo, con una sonrisa entrecortada y malévola: porque si existe un hecho inquebrantable, es que todo muere.
Y eso junto con todas mis canciones de todas mis épocas y lugares, me da paz.

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