domingo, 18 de octubre de 2015

Dos buenos lugares


Quiero un mar en calma y un cielo oscuro y apocalíptico.
El mar en calma es mi sangre, la tormenta mi pensamiento.
La tierra es mi soporte a la vida.
Y el mar mi transporte a la muerte, porque me aterra su insondabilidad.
En cualquiera de los dos lugares, cuando caiga la noche y con ella la muerte, no temeré, la miraré a los ojos con curiosidad y pensaré: supongo que es el momento.
¡Bye!

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