El dolor se consuela con la vanidad y ésta se cura con la muerte.
Por otra parte, dicen que siendo Dios, soy eterno.
¡Qué dura va a resultar mi eternidad con toda esta vanidad chorreando por mi piel!
Que nadie se crea que por ser Dios, va a vivir como tal.
La divinidad tiene sus inconvenientes, miserables mortales.
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